lunes, 14 de octubre de 2013

ART NOUVEAU - INSPIRACIÓN ESCULTURAL MODERNA 2.013



Casa Vélez

Construida en el año 2009, Casa Vélez es un encargo de una Vivienda ubicada en Palmira Valle, construida por la Constructora Consorcio Moreno Tafurt, en el programa de Viviendas desarrolladas por la Administración Municipal en el Gobierno del Alcalde Miguel Motoa Kuri, el diseño original fue respetado y ampliada su parte superior en segunda planta.

Para lograr el acceso al segundo nivel se elaboró una escalera en madera de Pino, inspirada en la escalera de Victor Horta, de su Casa Tassel en Bruselas, logrando que se distinga de manera escultural en la zona social que se propone en el primer nivel, el artefacto logra expresar en sus peldaños inferiores, la invitación a subir desde cualquier angulo de abordaje.


Calle 16 N° 21A -04 B/ El Sembrador, Palmira (V.)
Vivienda Unifamiliar , V.I.S.


Casa Tassel

Entre 1892 y 1894 nace en Bruselas, un movimiento europeo para la renovación de las artes aplicadas, que luego se llamaría Art Nouveau, Nieve Kunst, Style Liberty, Jugendstil o Modernismo.
La Casa Tassel es considerada como la primera obra de este movimiento en arquitectura. Revolucionaria tanto en el aspecto artístico como en el técnico, es uno de los monumentos clásicos de la historia de la arquitectura. Es el producto de una época y de un país, caracterizado por el progreso económico de la burguesía, fuertes tradiciones artesanales y una amplia industrialización.
La obra supone una revisión global de la organización espacial y un diálogo continuo entre la flexibilidad del hierro y la dureza de la piedra. Por primera vez en una vivienda, se exploran las posibilidades del hierro como material constructivo y ornamental. Pero el estilo y los motivos decorativos no se desarrollan partiendo de la nueva construcción en hierro colado, sino que es ésta la que se adapta al nuevo lenguaje formal que procede de otras fuentes y lo prolonga espacialmente. El uso del hierro como medio estructural y expresivo, se inspiró en las obras de ingeniería de Eiffel que culminaron en 1889 en la Torre Eiffel, y en las teorías e ilustraciones de Viollet-le-Duc en sus Entretiens sur l'architecture de 1872.
Si bien la vivienda repite una tipología de edificio tradicional de Bruselas, establece no solo un nuevo vocabulario, sino una nueva sintaxis. Se rompe aquí enteramente la disposición clásica de las habitaciones, que generalmente se ubicaban en línea con acceso por un pasillo lateral, quedando oscuras las zonas centrales.
Fue construida a los 31 años por el arquitecto Victor Horta, siendo una de sus primeras obras. La vivienda es conocida también como Maison u Hotel Tassel.
Fue encargada por el señor Emile Tassel, profesor de geometría descriptiva en la Universidad de Bruselas y colaborador del estudio de la firma Solvay (para quien luego construiría Horta, el Hotel Solvay entre los años 1895 y 1900).
Una vez terminada, el arquitecto trabajó durante algunos años en su mobiliario. También se le hicieron algunos cambios menores (decoración, calefacción).
En 1956, se dividió en pequeñas unidades de vivienda, transformación hecha en desafío del diseño original.
En 1976, el arquitecto Jean Delhaye compró la propiedad con la intención de devolverle su esplendor original y comenzó la restauración en 1982.
En 2000, fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO junto a otras tres construcciones del arquitecto. (Fuente: http://es.wikiarquitectura.com/index.php/Casa_Tassel )

lunes, 19 de marzo de 2012

ARQUITECTURA ART NOVEAU - IMAGENES

En la siguiente secuencia podrán observar la Arquitectura clasificada en este periodo del código - estilo Art Noveau, las formas de sus fachadas y las lineas que se recrean en toda una representación de los elementos de la naturaleza propios de los encargos elaborados y artesanales, la arquitectura responde a la manualidad que rechaza lo mecanizado, e impone el arte natural en un complejo y sutil toque de armonía entre los construido y lo superficial.


Los ornamentos que en algún momento fueron parte importante de la Arquitectura ahora lo son más y se desprenden de lo construido como si quisieran volar, las lineas de látigo dan a los marcos de las puertas una sensación de plasticidad y movimiento garante de una construcción hecha a la medida que armoniza con su entorno.


Parte 1




Parte 2

  
Las condiciones de representación en la Arquitectura Art-noveauniana es otro intento del hombre por querer incorporar o reconocer su entorno, las condiciones de diseño se vuelcan a incorporar el elemento Naturaleza al interior y exterior de su arquitectura, pronto la Arquitectura Orgánica planteada por Frank Lloyd Write, lo confirmará cuando pretende romper la Caja y permitir que los elementos compositivos se desplacen e incorpore en su contexto de paisaje, para que al finalizar el siglo XX entren los conceptos de ecología, habitad, Medio ambiental, bioclimatico,  sostenible y sustentable en el querer de dominar el planeta.





CASA HOLTZ - ART NOUVEAU

"... En Ciudad de Mexico la casa del Ingeniero Ignacio Holtz y su esposa Beatriz Mendivil constituye un inesperado pero justificado y excelso homenaje al Art-Nouveau. Construída en 4 niveles y en 2.300 metros cuadrados, la casa de los Holtz es considerada en su género, la Casa de habitacion privada más grande del mundo, de acuerdo con la clasificacion que hace unos años hizo el Musée dOrsay de París, donde se encuentran registradas todas las edificaciones y producciones testimoniales de este estilo arquitectónico, las de época y las de hoy, como la casa de los Holtz, que entra en el capítulo denominado caprichos estéticos. Más de 30 años pasaron los Holtz adquiriendo antigüedades, mobiliario, bibelots y objetos Art-Nouveau....",  Esta edificación es una pieza proyectual  arquitectónica elaborada con los más perfectos detalles que revelan el código estilo más importante del inicio del Siglo XX. 

Parte 1
Parte 2
Parte 3


lunes, 19 de diciembre de 2011

EL ECLECTICISMO HISTORICISTA

Iglesia de San Francisco - Cali, Colombia -
Arquitectura Neomudéjar


Las Escuelas aguirre, actual Casa Arabe
1.886 Madrid - España
Arquitectura Neomudéjar

"... Con esta expresión se indica generalmente una fase de la historia de la arquitectura del Siglo XIX en la que coexisten estilos diversos, haciendo referencia todos ellos a diferentes períodos históricos anteriores; así, el neoclásico, el neogótico, el neorrenacimiento, el neobarroco, etcétera, constituyen otras tantas revitalizaciones (revivals) o retornos a la arquitectura del mundo antiguo, medieval, renacentista, etc., respectivamente, sin nombrar las tendencias los gustos exóticos. No es nuestra intensión rebatir tales  nomenclaturas, que responden, por otra parte, a la intensión precisa de los arquitectos que pertenecían a dichas tendencias. Ante la exigencia de elaborar un - código-estilo - más amplio en relación con la producción decimonónica... (entendida como la realizada en el siglo diecinueve XIX)..., queremos ante todo liberar a la expresión - eclecticismo historicista - de sus connotaciones negativas, considerándola indicativa de un estilo unitario en su conjunto y en segundo lugar, incluir en ella otros fenómenos como el del nacimiento de la - urbanistica moderna - y otros acontecimientos que la historiografía trata por lo general en capítulos aparte, como la obra de los ingenieros o la escuela de chicago. y todo esto, no tanto por condensar un material histórico otras veces fraccionado, sino más bien porque pensamos que toda la producción del período mencionado refleja causas y exigencias comunes a todo el mundo occidental industrializado; que , a pesar de las poéticas diversas, los hechos y personajes diferentes y la disparidad de las obras, el significado de fondo de todos estos sucesos es sustancialmente histórico-ecléctico, en la acepción fenomenológica y temporal de la expresión y no en la puramente formal y - estilistica -..."

DE FUSCO, Renato, Historia de la arquitectura Contemporanea, Editorial Celeste, 1.992 Madrid.

viernes, 7 de octubre de 2011

ORNAMENTO Y DELITO - ADOLF LOOS - 1.908 SIGLO XX

ADOLF LOOS 1.870 - 1.933

Adolf Loos (BrnoMoraviaImperio austrohúngaro 10 de diciembre de 1870 - KalksburgVienaRepública de Austria 23 de agosto de 1933) fue un arquitecto austriaco.
Polemizó con los modernistas, que formaban la denominada Secesión de Viena y que representaban un punto de vista antagónico de la arquitectura siendo considerado uno de los precursores del racionalismo arquitectónico. Estuvo en contacto con las vanguardias artísticas europeas de su época, como SchönbergKokoschka y Tristan Tzara. Fue el pionero del movimiento moderno que suponía desornamentación y ruptura con el historicismo. También gustó de escribir artículos de opinión (era muy duro con sus críticas): “Ornamento y delito”(1908) y “Arquitectura” (1910).
Su arquitectura es funcional, tiene en cuenta las calidades de los nuevos materiales (sacó su "Teoría del revestimiento"). Para Loos, la arquitectura es distinta de las artes aplicadas, es la madre de todas ellas, y solo incluye en estas últimas a los cementerios y a los monumentos conmemorativos. El resto de las tipologías arquitectónicas deberán ser funcionales, eliminando el ornamento. Él mismo financió una revista: “Das Andere” (“lo Otro”),en la que exponía sus ideas.
Introdujo un nuevo concepto en sus obras, el "Raumplan". El concepto del Raumplan consiste en que Loos adjudicaba a cada una de las habitaciones, a cada uno de los espacios, una importancia distinta. Afirmaba que un dormitorio, por ejemplo, no tiene la misma importancia que una sala de estar, que es un espacio de representación. De la importancia de las habitaciones dependía su tamaño o la altura del techo. Loos situó los cuartos a lo largo de un eje imaginario en la casa como si rodaran en una espiral. Cada habitación correspondía a los fines a los que debía servir. Así, la sala de estar, donde tienen lugar las actividades sociales, es un inmenso y precioso espacio. Al contrario, el dormitorio de los niños pertenece a la parte privada de la casa, y por lo tanto no necesita unos techos de tres metros. (Wikipedia Octubre 2.011)

Casa Steiner


El embrión humano pasa, en el claustro materno, por todas las fases evolutivas del reino animal. Cuando nace un ser humano, sus impresiones sensoriales son iguales a las de un perro recién nacido. Su infancia pasa por todas las transformaciones que corresponden a aquellas por las que pasó la historia del género humano. A los dos años, lo ve todo como si fuera un papúa. A los cuatro, como un germano. A los seis, como Sócrates y a los ocho como Voltaire. Cuando tiene ocho años, percibe el violeta, color que fue descubierto en el siglo XVIII, pues antes el violeta era azul y el púrpura era rojo. El físico señala que hay otros colores, en el espectro solar, que ya tienen nombres, pero el comprenderlo se reserva al hombre del futuro.

El niño es amoral. El papúa también lo es para nosotros. El papúa despedaza a sus enemigos y los devora. No es un delincuente, pero cuando el hombre moderno despedaza y devora a alguien entonces es un delincuente o un degenerado. El papúa se hace tatuajes en la piel, en el bote que emplea, en los remos, en fin, en todo lo que tiene a su alcance. No es un delincuente. El hombre moderno que se tatúa es un delincuente o un degenerado. Hay cárceles donde un 80 % de los detenidos presentan tatuajes. Los tatuados que no están detenidos son criminales latentes o aristócratas degenerados. Si un tatuado muere en libertad, esto quiere decir que ha muerto unos años antes de cometer un asesinato.
El impulso de ornamentarse el rostro y cuanto se halle alcance es el primer origen de las artes plásticas. Es el primer balbuceo de la pintura. Todo arte es erótico.

El primer ornamento que surgió, la cruz, es de origen erótico. La primera obra de arte, la primera actividad artística que el artista pintarrajeó en la pared, fue para despojarse de sus excesos. Una raya horizontal: la mujer yacente. Una raya vertical: el hombre que la penetra. El que creó esta imagen sintió el mismo impulso que Beethoven, estuvo en el mismo cielo en el que Beethoven creó la Novena Sinfonía.
Pero el hombre de nuestro tiempo que, a causa de un impulso interior, pintarrajea las paredes con símbolos eróticos, es un delincuente o un degenerado. Obvio es decir que en los retretes es donde este impulso invade del modo más impetuoso a las personas con tales manifestaciones de degeneración. Se puede medir el grado de civilización de un país atendiendo a la cantidad de garabatos que aparezcan en las paredes de sus retretes.

En el niño, garabatear es un fenómeno natural; su primera ma­nifestación artística es llenar las paredes con símbolos eróticos. Pero lo que es natural en el papúa y en el niño resulta en el hombre moderno un fenómeno de degeneración. Descubrí lo siguiente y lo comuniqué al mundo: La evolución cultural equivale a la eliminación del ornamento del objeto usual. Creí con ello proporcionar a la humanidad algo nuevo con lo que alegrarse, pero la humanidad no me lo ha agradecido. Se pusieron tristes y su ánimo decayó. Lo que les preocupaba era saber que no se podía producir un ornamento nuevo. ¿Cómo, lo que cada negro sabe, lo que todos los pueblos y épocas anteriores a nosotros han sabido, no sería posible para nosotros, hombres del siglo XIX? Lo que el género humano había creado miles de años atrás sin ornamentos fue despreciado y se destruyó.

No poseemos bancos de carpintería de la época carolingia, pero el menor objeto carente de valor que estuviera ornamentado se conservó, se limpió cuidadosamente y se edificaron pomposos palacios para albergarlo. Los hombres pasean entristecidos ante las vitrinas, avergonzándose de su actual impotencia. Cada época tiene su estilo, ¿carecerá la nuestra de uno que le sea propio? Con estilo, se quería significar ornamento. Por tanto, dije: ¡No lloréis! Lo que constituye la grandeza de nuestra época es que es incapaz de realizar un ornamento nuevo. Hemos vencido al ornamento. Nos hemos dominado hasta el punto de que ya no hay ornamentos. Ved, está cercano el tiempo, la meta nos espera. Dentro de poco las calles de las ciudades brillarán como muros blancos. Como Sión, la ciudad santa, la capital del cielo. Entonces lo habremos conseguido.

Pero existen los malos espíritus incapaces de tolerarlo. A su juicio, la humanidad debería seguir jadeando en la esclavitud del ornamento. Los hombres estaban lo bastante adelantados como para que el ornamento no les deleitara, como para que un rostro tatuado no aumentara la sensación estética, cual en los papúas, sino que la disminuyera. Lo bastante adelantados como para alegrarse por una pitillera no ornamentada y comprarse aquélla pudiendo, por el mismo precio, conseguir otra con adornos. Eran felices con sus vestidos y estaban contentos de no tener que ir de feria en feria como los monos llevando pantalones de terciopelo con tiras doradas. Y dije: Fijaros: la habitación en que murió Goethe es más fantástica que toda pompa renacentista y un mueble liso es más bonito que todas las piezas de museo incrustadas y esculpidas. El lenguaje de Goethe es mucho más bonito que todos los ornamentos de los pastores del Pegnitz.

Los malos espíritus lo oyeron con desagrado, y el Estado, cuya misión es retrasar a los pueblos en su evolución cultural, consideró como suya la cuestión de la evolución y reanudación del ornamento. ¡Pobre del Estado, cuyas revoluciones las dirijan los consejeros! Pronto pudo verse en el Museo de Artes Decorativas de Viena un bufet con el nombre La rica pesca; hubo armarios que se llamaron La princesa encantada o algo por el estilo, cosa que se refería a los ornamentos con que estaban decorados esos desgraciados muebles. El estado austríaco se tomó tan en serio su trabajo que se preocupó de que las polainas de paño no desapareciesen de las fronteras de la monarquía austro-húngara. Obligó a todo hombre culto que tuviera veinte años a llevar durante tres años polainas en lugar de calzado eficiente. Ya que todo Estado parte de la suposición de que un pueblo que esté en baja forma es más fácil de gobernar.


Casa Steiner

Plantas y Cortes - Casa Steiner

Bien, la epidemia ornamental está reconocida estatalmente y se subvenciona con dinero del Estado. Sin embargo, veo en ello un retroceso. No puedo admitir la objeción de que el ornamento aumenta la alegría de vivir de un hombre culto, no puedo admitir tampoco la que se disfraza con estas palabras: «¡Pero cuándo el ornamento es bonito…! » A mí y a todos los hombres cultos, el ornamento no nos aumenta la alegría de vivir. Si quiero comer un trozo de alujú escojo uno que sea completamente liso y no uno que esté recargado de ornamentos, que represente un corazón, un niño en mantillas o un jinete. El hombre del siglo xv no me entendería; pero sí podrían hacerlo todos los hombres modernos. El defensor del ornamento cree que mi impulso hacia la sencillez equivale a una mortificación. ¡ No, estimado señor profesor de la Escuela de Artes Decorativas, no me mortifico! Lo prefiero así. Los platos de siglos pasados, que presentan ornamentos con objeto de hacer aparecer más apetitosos los pavos, faisanes y langostas a mí me producen el efecto contrario. Voy con repugnancia a una exposición de arte culinario, sobre todo si pienso­ que tendría que comer estos cadáveres de animales rellenos. roastbeef.

El enorme daño y las devastaciones que ocasiona el redespertar del ornamento en la evolución estética, podrían olvidarse con facilidad ya que nadie, ni siquiera ninguna fuerza estatal puede detener la evolución de la humanidad. Sólo es posible retrasaría. Podemos esperar. Pero es un delito respecto a la economía del pueblo el que, a través de ello, se pierda el trabajo, el dinero y el material humanos. El tiempo no puede compensar estos daños.

El ritmo de la evolución cultural sufre a causa de los rezagados. Yo quizá vivo en 1908; mi vecino, sin embargo, hacia 1900; y el de más allá, en 1880. Es una desgracia para un Estado el que la cultura de sus habitantes abarque un período de tiempo tan amplio. El campesino de regiones apartadas vive en el siglo XIX. Y en la procesión de la fiesta de jubileo tomaron parte gentes, que ya en la época de las grandes migraciones de los pueblos se hubieran encontrado retrasadas. Feliz el país que no tenga este tipo de rezagados y merodeadores. ¡Feliz América! Entre nosotros mismos hay en las ciudades hombres que no son nada modernos, rezagados del siglo XVIII que se horrorizan ante un cuadro con sombras violetas, porque aún no saben ver el violeta. Les gusta el faisán si el cocinero se ha pasado todo un día para prepararlo y la pitillera con ornamentos renacentistas les gusta mucho más que la lisa. ¿Y qué pasa en el campo? Los vestidos y aderezos son de siglos anteriores. El campesino no es cristiano, todavía es pagano.

Los rezagados retrasan la evolución cultural de los pueblos y de la humanidad, ya que el ornamento no está engendrado sólo por delincuentes, sino que comete un delito en tanto que perjudica enormemente a los hombres atentando a la salud, al patrimonio nacional y por eso a la evolución cultural. Cuando dos hombres viven cerca y tienen unas mismas exigencias, las mismas pretensiones y los mismos ingresos, pero no obstante pertenecen a distintas civilizaciones, se puede observar lo siguiente, desde el punto de vista económico de un pueblo: el hombre del siglo xx será cada vez más rico, el del siglo xviii cada vez más pobre. Supongamos que los dos viven según sus inclinaciones. El hombre del siglo xx puede cubrir sus exigencias con un capital mucho más pequeño y por ello puede ahorrar. La verdura que le gusta está simplemente hervida en agua y condimentada con mantequilla. Al otro hombre le gusta más cuando se le añade miel y nueces y cuando sabe que otra persona ha pasado horas para cocinaría. Los platos ornamentados son muy caros, mientras que la vajilla blanca que le gusta al hombre es barata. Éste ahorra mientras que el otro se endeuda. Así ocurre con naciones enteras. ¡Pobre del pueblo que se quede rezagado en la evolución cultural! Los ingleses seran cada vez mas ricos y nosotros cada vez más pobres…
Sin embargo, es mucho mayor el daño que padece el pueblo productor a causa del ornamento, ya que el ornamento no es un producto natural de nuestra civilización, es decir, que representa un retroceso o una degeneración; el trabajo del ornamentista ya no se paga como es debido.

Es conocida la situación en los oficios de talla y adorno, los sueldos criminalmente bajos que se pagan a las bordadoras y encajeras. El ornamentista ha de trabajar veinte horas para lograr los mismos ingresos de un obrero moderno que trabaje ocho horas. El ornamento encarece, por regla general, el objeto; sin embargo, se da la paradoja de que una pieza ornamentada con igual coste material que el de un objeto liso, y que necesita el triple de horas de trabajo para su realización, cuando se vende, se paga por el ornamentado la mitad que por el otro. La carencia de ornamento tiene como consecuencia una reducción de las horas de trabajo y un aumento de sueldo. El tallista chino trabaja dieciséis horas, el americano sólo ocho. Si por una caja lisa se paga lo mismo que por otra ornamentada, la diferencia, en cuanto a horas de trabajo, beneficia al obrero. Si no hubiera ningún tipo de ornamento —situación que a lo mejor se dará dentro de miles de años— el hombre, en vez de tener que trabajar ocho horas, podría trabajar sólo cuatro, ya que la mitad del trabajo se va, aún hoy en día, en realizar ornamentos.

Ornamento es fuerza de trabajo desperdiciada y por ello salud desperdiciada. Así fue siempre. Hoy significa, además, material desperdiciado y ambas cosas significan capital desperdiciado.

Como el ornamento ya no pertenece a nuestra civilización desde el punto de vista orgánico, tampoco es ya expresión de ella. El ornamento que se crea en el presente ya no tiene ninguna relación con nosotros ni con nada humano; es decir, no tiene relación alguna con la actual ordenación del mundo. No es capaz de evolucionar. ¿Qué ha sucedido con la ornamentación de Otto Eckmann, con la de Van de Velde? Siempre estuvo el artista sano y vigoroso en las cumbres de la humanidad. El ornamentista moderno es un retrasado o una aparición patológica. Reniega de sus productos una vez transcurridos tres años. Las personas cultas los consideran insoportables de inmediato; los otros, sólo se dan cuenta de esto al cabo de años. ¿Dónde se hallan hoy las obras de Otto Eckmann? ¿Dónde estarán las obras de Olbrich dentro de diez años? El ornamento moderno no tiene padres ni descendientes, no tiene pasado ni futuro. Sólo es saludado con alegria por personas incultas, para quienes la grandeza de nuestra época es un libro con siete sellos, y, al cabo de un tiempo, reniegan de él.

En la actualidad, la humanidad es más sana que antes; sólo están enfermos unos pocos. Estos pocos, sin embargo, tiranizan al obrero, que está tan sano que no puede inventar ornamento alguno. Le obligan a realizar, en diversos materiales, los orna­mentos inventados por ellos.

El cambio del ornamento trae como consecuencia una pronta desvaloración del producto del trabajo. El tiempo del trabajador, el material empleado, son capitales que se derrochan. He enunciado la siguiente idea: La forma de un objeto debe ser tolerable el tiempo que dure físicamente. Trataré de explicarlo: Un traje cambiará muchas más veces su forma que una valiosa piel. El traje de baile creado para una sola noche, cambiará de forma mucho más deprisa que un escritorio. Qué malo seria, sin embargo, si tuviera que cambiarse el escritorio tan rápidamente como un traje de baile por el hecho de que a alguien le pareciera su forma insoportable; entonces se perdería el dinero gastado en ese escritorio.

Esto lo sabe bien el ornamentista y los ornamentistas austríacos intentan resolver este problema. Dicen: «Preferimos al consumidor que tiene un mobiliario que, pasados diez años, le resulta inaguantable, y que, por ello, se ve obligado a adquirir muebles nuevos cada década, al que se compra objetos sólo cuando ha de substituir los gastados. La industria lo requiere. Millones de hombres tienen trabajo gracias al cambio rápido». Parece que éste es el misterio de la economía nacional austríaca; cuantas veces, al producirse un incendio, se oyen las palabras: «¡Gracias a Dios, ahora la gente ya tendrá algo que hacer!» Propongo un buen sistema: Se incendia una ciudad, se incendia un imperio, y entonces todo nada en bienestar y en la abundancia. Que se fabriquen muebles que, al cabo de tres años, puedan quemarse; que se hagan guarniciones que puedan ser fundidas al cabo de cuatro años, ya que en las subastas no se logra ni la décima parte de lo que costó la mano de obra y el material, y así nos haremos ricos y más ricos.

La pérdida no sólo afecta a los consumidores, sino, sobre todo, a los productores. Hoy en día, el ornamento, en aquellas cosas que gracias a la evolución pueden privarse de él, significa fuerza de trabajo desperdiciada y material profanado. Si todos los objetos pudieran durar tanto desde el ángulo estético como desde el físico, el consumidor podría pagar un precio que posibilitara que el trabajador ganara más dinero y tuviera que trabajar menos. Por un objeto del cual esté seguro que voy a utilizar y obtener el máximo rendimiento pago con gusto cuatro veces más que por otro que tenga menos valor a causa de su forma o material. Por mis botas pago gustoso 40 coronas, a pesar de que en otra tienda encontraría botas por 10 coronas. Pero, en aquellos oficios que languidecen bajo la tiranía de los ornamentistas, no se valora el trabajo bueno o malo. El trabajo sufre a causa de que nadie está dispuesto a pagar su verdadero valor.

Y esto no deja de estar bien así, ya que tales objetos ornamentados sólo resultan tolerables en su ejecución más mísera.

Puedo soportar un incendio más fácilmente si oigo decir que sólo se han quemado cosas sin valor. Puedo alegrarme de las absurdas y ridículas decoraciones montadas con motivo del baile de disfraces de los artistas, porque sé que lo han montado en pocos días y que lo derribarán en un momento. Pero tirar monedas de oro en vez de guijarros, encender un cigarrillo con un billete de banco, pulverizar y beberse una perla es algo antiestético.
Verdaderamente los objetos ornamentados producen un efecto antiestético, sobre todo cuando se realizaron en el mejor material y con el máximo cuidado, requiriendo mucho tiempo de trabajo. Yo no puedo dejar de exigir ante todo trabajo de calidad, pero desde luego no para cosas de este tipo.

El hombre moderno, que considera sagrado el ornamento, como signo de superioridad artística de las épocas pasadas, reconocerá de inmediato, en los ornamentos modernos, lo torturado, lo penoso y lo enfermizo de los mismos. Alguien que viva en nuestro nivel cultural no puede crear ningún ornamento.

Ocurre de distinta manera con los hombres y pueblos que no han alcanzado este grado.
Predico para el aristócrata. Me refiero al hombre que se halla en la cima de la humanidad y que, sin embargo, comprende profundamente los ruegos y exigencias del inferior. Comprende muy bien al cafre, que entreteje ornamentos en la tela según un ritmo determinado, que sólo se descubre al deshacerla; al persa que anuda sus alfombras; a la campesina eslovaca que borda su encaje; a la anciana señora que realiza objetos maravillosos en cuentas de cristal y seda. El aristócrata les deja hacer, sabe que, para ellos, las horas de trabajo son sagradas.

El revolucionario diría: «Todo esto carece de sentido». Lo mismo que apartaría a una ancianita de la vecindad de una imagen sagrada y le diría: «No hay Dios». Sin embargo, el ateo —entre los aristócratas— al pasar por delante de una iglesia se quita el sombrero.
Mis zapatos están llenos de ornamentos por todas partes, constituidos por pintas y agujeros, trabajo que ha ejecutado el zapatero y no le ha sido pagado. Voy al zapatero y le digo: «Usted pide por un par de zapatos 30 coronas. Yo le pagaré 40». Con esto he elevado el estado anímico de este hombre, cosa que me agradecerá con trabajo y material, que, en cuanto a calidad, no están en modo alguno relacionados con la sobreabundancia. Es feliz. Raras veces llega la felicidad a su casa. Ante él hay un hombre que le entiende, que aprecia su trabajo y no duda de su honradez. En sueños ya ve los zapatos terminados delante suyo. Sabe dónde puede encontrar la mejor piel, sabe a qué trabajador debe confiar los zapatos y éstos tendrán tantas pintas y agujeros como los que sólo aparecen en los zapatos más elegantes. Entonces le digo: «Pero impongo una condición. Los zapatos tienen que ser enteramente lisos». Ahora es cuando le he lanzado desde las al­turas más espirituales al Tártaro. Tendrá menos trabajo, pero le he arrebatado toda la alegría.

Predico para los aristócratas. Soporto los ornamentos en mi propio cuerpo si éstos constituyen la felicidad de mi prójimo. En este caso también llegan a ser, para mí, motivo de contento. Soporto los ornamentos del cafre, del persa, de la campesina eslovaca, los de mi zapatero, ya que todos ellos no tienen otro medio para alcanzar el punto culminante de su existencia. Tenemos el arte que ha borrado el ornamento. Después del trabajo del día vamos al encuentro de Beethoven o de Tristán. Esto no lo puede hacer mi zapatero. No puedo arrebatarle su alegría, ya que no tengo nada que ofrecerle a cambio. El que, en cambio, va a escuchar la Novena Sinfonía y luego se sienta a dibujar una muestra de tapete es un hipócrita o un degenerado.

La carencia de ornamento ha conducido a las demás artes a una altura imprevista. Las sinfonías de Beethoven no hubieran sido escritas nunca por un hombre que fuera vestido de seda, terciopelos y encajes. El que hoy en día lleva una americana de terciopelo no es un artista, sino un payaso o un pintor de brocha gorda. Nos hemos vuelto más refinados, más sutiles. Los greganos se tenían que diferenciar por colores distintos, el hombre moderno necesita su vestido impersonal como máscara. Su individualidad es tan monstruosamente vigorosa que ya no la puede expresar en prendas de vestir. La falta de ornamentos es un signo de fuerza espiritual. El hombre moderno utiliza los ornamentos de civilizaciones anteriores y extrañas a su antojo. Su propia invención la concentra en otros objetos.


* * *

Dirigida a los chistosos con motivo de haberse reído del artículo Ornamento y delito (1910):
Queridos chistosos:
Y yo os digo que llegará el tiempo en que la decoración de una celda hecha por el tapicero de palacio Schulze o por el catedrático Van de Velde servirá como agravante de castigo.

Adolf Loos

domingo, 9 de enero de 2011

ART NOUVEAU - Bruno Zevi


crypt - "collège des bernardins" - gothic architecture - stone vaults - monastery (paris)

¿Que era lo que veían los artistas modernos en el gótico?

" La estructura en esqueleto ante todo: El hierro y el hormigón armado indicaban la concentración de las cargas y de las resistencias en elementos aislados, es decir, la ruptura definitiva del muro continuo de sostén. El precedente histórico era inmediato e inevitable,..., Entre estos sustantivos verticales, inmensas perforaciones luminosas declaran que la pared he perdido su importancia y se aligera en delgados diafragmas.

 La transparencia: En el apogeo del hechizo gótico los haces de luz resplandecientes en el polvillo atmosférico inundan todas las paredes y eliminan la caja mural a tal punto que el contacto entre espacio exterior e interior es incesante y el edificio tiende a ser un entramado de líneas y perfiles dibujados sobre el cielo. En el asombro de las posibilidades propias de la ingeniería del hierro y del vidrio, los arquitectos del siglo XIX creyeron alcanzar el límite de un mágico sueño; y sobre el cielo delinearon la estructura de la galería y atrofiaron el muro sustituyéndolo con cartílagos transparentes. La aspiración de lograr un espacio continuo fue satisfecha con las nuevas estructuras. En Notre Dame de Raincy y en Santa Teresa de Montmagny, los Perret insisten en la perforación geométrica de todas las paredes. 
(Ferdinand Dutert y Contamin: Galería de las máquinas en  la exposición de París 1.889)

Galería de Maquinas - Dutert 1.889 París
Uno de los espacios más visitados de las Exposiciones Universales eran las "Galerías de Máquinas" ya que en ellas se exhibían todas las novedades industriales, convirtiéndose en templos de la nueva religión imperante en la época: el maquinismo.
Construida por Dutert y Contamin para la Exposición Universal de París de 1889 (junto a la Torre Eiffel), era un recinto algo menor que el Crystal Palace e intentaba huir del aspecto de invernadero de éste.

Detalle de estructura - Galería de Máquinas
Su estructura estaba formada por unos pies monumentales que descansaban sobre 40 pilastras de albañilería. La cubierta, sin ningún apoyo intermedio, alcanzaba 43 metros y abarcaba una superficie de 115 por 53 metros.

Fachada lateral - Galería de Máquinas 
Ante este edificio el público de entonces reaccionó con asombro y admiración debido a la audacia de su construcción, pero infortunadamente fue derribado en 1910.


art-nouveau ironwork in the grand palais (paris)

 La Linea fuerza: El esqueleto estructural asumía un valor artístico en cuanto exaltaba sus miembros en una transfiguración lineal. Los pilares compuestos de las catedrales y las cornisas almenadas de los palacios del siglo XIV formaban parte de una dinámica lineal que halló en el Art Nouveau belga y en el Liberty de toda Europa, encarnaciones modernas. La línea es fuerza, dijo Van de Velde, agilizando cada perfil, eliminando toda inercia en nombre de una agitada visión figurativa, la línea es fuerza había afirmado Victor Horta, al edificar el primer monumento del nuevo estilo, la cada de la calle de Turín de bruselas (1.893). De ésta es particularmente conocido el vestíbulo de la escalera: la historia técnica registra en ella la osada exposición de una columna de hierro, es decir, de un elemento que era todavía costumbre disfrazar con clásicas bardas de piedra; la historia del arte pone en evidencia como Horta libera de la columna su impulso línea-fuerza que se expande, como en el gótico, en la cinemática azotante y azarosa de los motivos ornamentales.


Fachada Curva - Palacio Comunal en Perugia ( primera mitad del siglo XIV)

Fachada Curva - Palacio Comunal en Siena.


Detalle Edificio Monadnock Block en Chicago - John Root y Daniel Burnham 1.891

Edificio Monadnock Block en Chicago - John Root y Daniel Burnham 1.891

Edificio Maison du Peuple - Victor Horta Bruselas

 La Superficie Ondulada: El ideal de la atrofia del muro cuando no puede valerse de las grandes vidrieras y de las fugas lineales, descompone las estereometrías pesadas y severas arqueando sus paredes. El Palacio Comunal de perugia o el de Siena, alabéandose y plegando todos los perfiles, sensibilizan las superficies a la luz y con sus almenadas culminaciones establecen un diálogo pausado pero constante entre partes construidas atmósfera circundante. También el Art Nouveau rechaza las ásperas definiciones geométricas: Horta ondula todo el volumen de la Maison du Peuple, de Bruselas; John Root comenta la potente masa del Monadnock Block de Chicago, con la sucesión de salientes curvilíneos de los "bow-windows", que ensalzan todo espesor y todo peso en nombre de vibradas bidimensionalidades.    


La Torre de Brujas - (1.280)

Alejandro Antonelli: Mole en Turín (1.863)

Torre Eiffel de París - (1.889)
 La Verticalidad: La altura es símbolo de potencia mística y también humana. Los industriales del siglo XIX compensan la carencia de fe religiosa con la magia del dinero. La torre de Brujas, la catedral de Estrasburgo y Mont Saint-Michel, íntegramente plasmado para dar realce a la aguja de su templo, se encuentran entre los prototipos de la mística vertical del Medioevo. Les corresponden en el período moderno las moles antonelianas de Turín y Novara, la Torre erigida por Eiffel en París en el 1.889, soberana de toda una ciudad cuyos contornos se extienden detrás de los arcos de apoyo. Y los rascacielos norteamericanos, desde aquellos de tendencia gótica hasta la obra maestra racionalista de Howe y Lescaze en Filadelfia, ¿no reflejan acaso el místico dominio del poder económico, de ese querer hacer "alto y grande" que tanto  enorgullece a los hombres y a las civilizaciones impregnadas de complejos de inferioridad?"


(Architettura E Storiografia, Zevi, Bruno, Editorial Victor Lerú S.R.L., Buenos Aires, 1.951)




Bruno Zevi, 22 January 1918Rome - 9 January 2000) was an Italian architect
http://es.wikipedia.org/wiki/Bruno_Zevi

ART NOUVEAU - Renato de Fusco

Line 12, entrance metro París, 1910. Architect: Hector Guimard.
"El origen del Art Nouveau, ... , se ha encontrado en una serie de circunstancias concominantes, entre las cuales, según Renato de Fusco, aparecían de vez en cuando el Gothic Revival, movimiento Arts and Crafts, la construcción en hierro, la influencia de los pintores prerrafaelistas, impresionistas y simbolistas, la moda de los objetos orientales, principalmente japoneses, y uno de cuyos mayores importadores fue el inglés A.L. Liberty (de aquí el nombre, no carente de doble sentido, entre los muchos que tiene este estilo), el gusto ligado a nuevas técnicas particulares como la de la curvatura de la madera, adoptada por Thonet desde 1.830, etc. Todos estos componentes  aportaron una contribución al nacimiento del nuevo lenguaje, pero es bastante arduo determinar cuál fue la decisiva. Por nuestra parte, la génesis del Art Nouveau que, por otro lado no fue solamente un estilo arquitectónico, sino que impregnó todas las costumbres de una época, se considera como la conclusión de una larga evolución de problemas culturales y de variaciones del gusto que durante todo el siglo XIX pretendían definir  ex novo un "estilo". Sin nada que objetar a la genial fantasía de Victor Horta, que lleva a cabo la primera encarnación arquitectónica completa de este estilo en la Casa Tassel, construida en 1.893 en la calle Turín, núm. 12, de Bruselas, vemos que si su edificio no hubiera sido precedido por una larga evolución del gusto (término que usamos en el sentido dado por L. Venturi, es decir, extendido a todos los factores socioculturales que acompañan a la historia del arte) y no hubiese respondido a las expectativas de varios decenios, no habría alcanzado el éxito inmediato ni la enorme influencia que tuvo. Si además buscamos cuáles han sido los precedentes de la obra de Horta, podemos pensar más concretamente, refiriéndonos a las declaraciones explícitas del arquitecto, en Viollet-le-Duc, en los pintores postimpresionistas y en un interés orgánico, pero no naturalista, que precisamente en aquellos años estaba teorizando la estética del Einfühlung."
Detalle Line 12, entrance, 1910. Architect: Hector Guimard.
"..., La estética del Einfühlung (término que puede traducirse como "Introducción del sentimiento", "sentir total", "simpatía simbólica", consenso, empatía) nace del compromiso entre el pensamiento idealista y la investigación psicológica para responder a la pregunta de por qué los hombres son atraídos o repelidos por las formas de los fenómenos, tanto del arte como de la naturaleza. Sintetizando los resultados de muchos estudios sobre la relación entre el observador y el objeto, entre el artista y la obra, entre la obra y el espectador, surgidos todos en el ámbito de la cultura alemana,..."

(De Fusco, Renato, La Arquitectura Contemporánea, celeste ediciones, 1.975, p,100